A los sabios y nobles agricultores de Cevallos, de Tungurahua y el Ecuador:
A través de esta carta les expreso varias ideas. Primero, como la mayoría de ustedes, amo la naturaleza y la vida, es por ello que creo el sentido superior de vivir está en el ‘servir’ y ‘cuidar’. ¿Qué ocupación o profesión es la que sirve más a otros? La razón y evidencias nos dicen que es la de ‘agricultora’ o ‘agricultor’, porque tras cada alimento que disponemos para comer, hay grandes jornadas de trabajo y dedicación que ustedes hacen, pero, pocos ven.
Desde los orígenes de la agricultura, han aprendido a observar los ciclos de la naturaleza, aplicar conocimientos y técnicas para remover la tierra, abonarla, colocar semillas que germinen y así nazcan plantas que ustedes hábilmente van hidratando y dando los cuidados como el deshierbe, la poda, la fertilización para que crezcan, hasta conseguir las cosechas que todos aprovechamos.
Soy sincero al escribirles -detesto las adulaciones- y decirles que tienen mi gratitud, admiración y apoyo genuino. Ustedes al sembrar y cosechar alimentos engrandecen Ecuador, y reitero que su superioridad sobre cualquier profesión u ocupación está en su servicio a todo tiempo (incluyendo pandemia, donde oficinistas y demás trabajadores se refugiaron en casas y ustedes jamás pararon) y amor a lo que hacen, aunque los gobiernos o la sociedad no les den el valor que tienen, porque los minimizan por sus ‘vidas sencillas’, sin retribuir justamente su trabajo y que persiste a pesar de las adversidades nacionales.
Roberto Darío Aldás
17 de septiembre de 2023
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